lunes, 10 de noviembre de 2008

Educación

Educación

Escribir te ayuda a ordenar tus ideas, a sincerarte y en definitiva te ayuda a pensar; una cosa que como dice alguien que conozco parece que cuesta un poco en la sociedad de hoy en día. Quizás por eso, después de llevar un tiempo dándole vueltas, me he decidido a escribir este blog. A ver cuánto dura.

Si sales a la calle y preguntas al primer tipo con el que te cruzas cuáles considera que son los problemas de este país te responderá posiblemente que terrorismo, inmigración etc, etc… No, el principal problema de este territorio es la Educación.

La educación es la base de cualquier sociedad. Desde un punto de vista económico supone la formación de capital humano que supondrá en un futuro una mayor productividad. Desde un punto de vista ético, más importante desde mi perspectiva, la educación; la cultura en general, nos hace más independientes, más inconformistas y más libres.

En España se parte de un sistema educativo que atenta contra la igualdad de forma descarada a través de los conciertos que ciertas instituciones; generalmente religiosas, reciben para impartir su doctrina de forma gratuita.

Sin embargo, estas escuelas, pese a estar financiadas con el dinero de todos los contribuyentes, tienen la libertad de contratar a sus trabajadores según dispongan, sin atender a criterios de calidad, basándose generalmente en una elección a dedo de aquellos más allegados a su ideología y sus intereses.

La cosa no acaba aquí. Pese a que se asegura que a estos centros puede acceder cualquiera, resulta curioso que cerca del 80% de la población inmigrante en edad escolar, se encuentre matriculada en un centro público. Las voces afines a la concertada argumentan que son los padres quienes deciden libremente en que centros desean educar a sus hijos.

Un talante un tanto hipócrita, pues es comúnmente sabido las descomunales tarifas “extras” que deben abonarse a la entidad para que el zagal acuda al centro concertado en cuestión. Las diferencias son abismales entre un centro público y uno privado en cuanto a comedor, transporte escolar, actividades extraescolares… Estos importes suponen la barrera de entrada perfecta a la hora disuadir a personas de un menor poder adquisitivo que tenían intención de educarse allí.

No debemos olvidarnos del carácter religioso que marca a estos centros. La educación en ellos impartida condiciona la mentalidad de miles de chavales de forma encubierta. Sin olvidar los actos religiosos a los que se debe acudir (siempre de forma voluntaria, por supuesto) para conseguir una mayor integración entre compañeros y profesores.

Esta concepción rompe con los ideales promulgados en la II República de una escuela laica, única y gratuita. Sin embargo, en la actualidad, partidos supuestamente con ideología de izquierdas, vuelven la cabeza hacia otro lado y no dan solución a este problema. El último caso es la LEC (Ley de Educación Catalana), que mantiene la doble estructura de centros públicos y concertados financiados por la administración. Algo contradictorio en un territorio gobernado con nombres y apellidos por el PSC y ERC.
Evidentemente, si la izquierda adopta esta postura de mantener los conciertos, la derecha española, apegada de forma excesiva todavía hoy al catolicismo del primer franquismo, da un paso más allá. Es el caso de Madrid, feudo de Esperanza, donde desde 1999 se han concedido 70 parcelas públicas a precios irrisorios para la construcción de nuevos centros concertados.

Sin embargo, parece que la clase política de hoy en día, todavía no ha asumido la importancia de la educación. Esto es demostrable, pues desde comunidades como Valencia, gobernada por Camps y sus secuaces, se utiliza la Educación como juguete para boicotear la política del gobierno central impartiendo una asignatura (que surgió como alternativa a la religión) en inglés.

Políticos de pandereta. Ni más, ni menos.

2 comentarios:

Jaume dijo...

Algunos pensamos además que es a través de la educación religiosa concertada (y ciertamente religiosa y concertada son sinónimos) como se mantienen estructuras de poder y partidos que defienden la ideología de la Iglesia. El favor es mutuo: los niños se educan en el "buen colegio" por precio módico, y años después, cuando estén en el poder, les devolverán el favor vendiéndoles a precio de saldo parcelas públicas con las que educar a más niños que de adultos genererán una estructura de poder conservador más fuerte y más numerosa, y así reproducirse hasta el infinito. Sólo a la Iglesia se le pudo ocurrir un negocio tan lucrativo.

entadebán dijo...

La educación concertada es algo vergonzoso lo mires por donde lo mires. Es dinero público que se invierte por y para los intereses privados de unos cuantos egoístas que no ven más allá de su ombligo. La verdad, me cuesta entender a aquellas personas que llevan a sus hijos a colegios privados argumentando que buscan una educación de mejor calidad: ¿cómo va a ser mejor una educación promulgada por aquellos elegidos a dedo que una educación sustentada por profesores competentes que han superado una oposición? En cuanto a las personas que llevan a sus hijos a colegios concertados porque quieren inculcarles valores religiosos decirles que: una cosa es la religión, y otra, la educación. ¿Acaso no dice dios (si, con d minúscula) que todos somos iguales? Pues entonces amigos míos, la única educación que puede garantizar eso es la pública. Donde hay educación pública no hay distinción de clases.