domingo, 4 de octubre de 2009

Lo que tenga que pasar

Y pasó lo que tenía que pasar. Las olimpiadas para Madrid: Ni flores. Madrid 2016 ha sido un fracaso como lo fue Madrid 2012. Y es que hay que ser cabezón para presentarse como candidato a dos olimpiadas seguidas.

La decisión del COI es equitativa si comparamos el número de olimpiadas celebradas en Europa y el número de las mismas celebradas en Latinoamérica –cero-. Además, la designación de Londres como ciudad olímpica para 2012 –una ciudad europea- dificultaba enormemente el nombramiento de la capital de España, por mucho Raúl, rey, Samaranch y Zapatero que presionasen a favor de ello.

Sin embargo el objetivo de esta entrada dista mucho –muchísimo- de realizar una defensa encarnizada de la candidatura madrileña. Más bien todo lo contrario.

La designación de Madrid como ciudad olímpica para dentro de siete años hubiera implicado seguir ligando el desarrollo económico del país a un modelo productivo que nos ha llevado a una situación lamentable.

Los menores indicios de recuperación económica que se dan en España tienen su razón de ser en la sustancial diferencia existente entre la crisis financiera mundial –provocada en gran medida por la desregulación de unos mercados financieros que se han convertido en auténticos casinos- con la crisis estructural española.

La grave situación española se debe a que hemos basado todo el crecimiento en un modelo insostenible el cual sólo era cuestión de tiempo que cayese de un modo estrepitoso.

Con un tejido productivo débil y un campo atrasado que vive única y exclusivamente de las subvenciones de Europa todo el crecimiento se sustentó exclusivamente en la construcción. Obras y más obras. Los españoles sólo sabemos apilar ladrillos uno encima de otro. ¿Dónde está una mano de obra formada en tecnología, en investigación o en ciencias?

Por ello, aunque el primer Fondo de inversión local no ha tocado estos problemas –como escusa podemos decir que era imprescindible reactivar el consumo lo más rápidamente posible – el segundo proyecto del gobierno que tiene por objeto financiar proceso que pongan énfasis en energías renovables, educación e investigación debe ser aguardado con expectativas esperando que traten de corregir las serias deficiencias de nuestra economía.

No podemos basar nuestro desarrollo en la construcción de un estadio olímpico, pistas de tenis y piscinas de cincuenta metros que beneficiarían en el corto plazo a los de siempre –al constructor- y en el largo plazo se convertirían en residuos inservibles: en auténticos estercoleros de nuestras ciudades. ¿Qué ha sido de la Expo de Zaragoza del año pasado? Sus instalaciones son una ciudad fantasma a punto de venirse abajo.

Sin embargo no aprendemos –por lo menos en un Aragón donde somos tozudos por naturaleza- Por eso, un día después de que a Madrid le digan que na nai, aquí se nos ocurre que con una Exposición universal en 2008 y otra hortofrutícola proyectada para 2014 no tenemos bastante y por eso queremos postular a Zaragoza como Capital europea de la cultura en 2016 y –noticia de hoy- proponer a Jaca como candidata a los juegos olímpicos de invierno –otra vez, porque la ciudad ya fue rechazada para el proyecto de 2008- en un momento en el que el cambio climático hace peligrar seriamente la continuidad de la nieve en la ladera sur del Pirineo.

En fin que el constructor hace caja ahora y mañana… Mañana se verá. Mañana que pase lo que tenga que pasar.

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