jueves, 24 de septiembre de 2009

iPood y Burka

Sábado pasado. Once y media de la mañana hora local. Metro de Londres. Un fantasma entra en el vagón. Intuyo que debajo de aquella sábana se asfixia una mujer cuyas profundas creencias religiosas no le permiten mostrar ni un centímetro de piel.

Londres es una ciudad de siete millones de habitantes en la que se establecen fuertes lazos entre las más diversas culturas. Caminar por sus calles, atestadas de gente a cualquier hora del día, suponen una auténtica inmersión cultural para el visitante. Musulmanes, hindúes, chinos, ateos, punkis, raros… todos ellos se mezclan en la gran coctelera cultural en que la ciudad consiste.

Estos nexos que se establecen entre las distintas culturas son muy beneficiosos para los habitantes y turistas de la capital de Inglaterra; pues permite a todos aprender de todos y, de este modo, a través del intercambio cultural, surge una sociedad tremendamente más rica de otra en la que la omnipresencia de una sola cultura impide ver la vida desde distintas perspectivas.

En un momento en el que las naciones comienzan a definirse de un modo más difuso al no poder ser entendidas como un conjunto de individuos que comparten una raza, una religión o una cultura; debemos considerar desfasadas y absurdas posturas xenófobas y racistas que tratan de enlazar el concepto Estado con el sentido más estricto del concepto nación; provocando la excusión de un amplio grupo de población que colabora enormemente a la construcción de la sociedad.

Sin embargo, tampoco podemos caer en un idealismo que nos impida criticar, y castigar por tanto, aquellas costumbres despreciables procedentes de otras culturas; pues las hay, al igual que existen en la sociedad occidental –el consumo desmedido o la aceptación social con la que cuentan enfermedades como el alcoholismo o absurdos como el tabaco-.

En esta línea, costumbres “culturales” como pueden ser la lapidación, la ablación del clítoris, la imposibilidad de algunas mujeres de abandonar su casa sin la compañía del marido –la sociedad musulmana así como prácticamente la española de los años 40 y 50- o la obligación de llevar burka –cuestión que ha dado pie a esta entrada- deben ser duramente criticadas y eliminadas en la medida de lo posible.

Por tanto, ¿Cuál debe ser el limite?, ¿A partir de que punto debemos respetar y aprender lo máximo posible de una cultura diferente? En mi opinión, desde el momento que una cultura respeta los Derechos Fundamentales de las personas, debe ser protegida y difundida; permitiéndonos de este modo a todos un campo de visión más amplio y rico.

Al fin y al cabo no debemos ser tan diferentes. El fantasma del metro entró en el vagón, se sentó y, a través de un pequeño pliegue del burka se introdujo los dos cascos de un iPood. ¿Qué estaría escuchando?

jueves, 10 de septiembre de 2009

Todos locos

Como no podía dormir bien he encendido la radio a las siete de la mañana. Suelo ser fiel a una emisora, pero hoy, tengo que reconocer que entre las siete y las ocho de la mañana he hecho zapping. Tras una hora de radio sólo se puede sacar una conclusión: Todos locos.

Rouco Varela afirma rotundamente a través de las ondas que el problema de los anormales de Pozuelo se debe a que estos sujetos no rezan el rosario ni van a misa. Debería por tanto el arzobispo de Madrid plantearse el éxito en cuanto a la formación ideológica que se lleva a cabo en los colegios concertados y privados marcados ideológicamente por la cruz a los que acuden esa panda de niñatos. Pongo la mano en el fuego que el payaso que grabó el video se “forma” en uno de estos centros pues Pozuelo es el municipio con la renta per cápita más elevada de toda España.

Por lo menos a Rouco no le ha dado como a un colega suyo que hace un rato ha secuestrado un avión en México con tres artefactos –botellas de agua rellenas de tierra y luces- pues le era imprescindible reunirse con el presidente Calderón al haber tenido una revelación en la que había vislumbrado que un terremoto iba a devastar el país.

Si seguimos en la educación, hoy vuelve ha retomarse el curso escolar en la mayoría de las comunidades. El nuevo curso vendrá marcado por el plan Educa 2.0, por el cual se regala a auténticos micos un ordenador portátil.

Señores, a leer, sumar, multiplicar, restar y dividir se aprende, queramos o no, con lápiz y papel –pues, aunque es lamentable, en quinto y sexto de primaria los niños no saben ninguna de estas cosas-. Investigar y descubrir el mundo a través de Internet solamente se puede hacer –y disfrutar mientras se hace- cuando se parte de una base ya consolidada. En este sentido, a estudios realizados en los países escandinavos me remito.

Además en Aragón somos tan chulos que presumimos de una encuesta por la que se nos acaba de revelar que el 70% de los chavales de esta comunidad acaban la ESO sin repetir ningún curso. Suena bien, ¿verdad?.

Nos podemos escudar en este “la estadística es lo que cuenta”; sin embargo, este 70% es una cortina de humo que trata de ocultar el castillo de naipes sobre el que se está construyendo la sociedad y que tiene su razón de ser en los aprobados generales que se dan en junio de cada año en colegios e institutos. Al igual que hay visitas a museos, se deberían organizar excursiones a las aulas para que los incrédulos tomen fe.

Zapatero anuncia que subirá la tasa impositiva de cara al nuevo ejercicio –oh sorpresa- sin decir cuales serán las figuras que toque. Sin embargo, la SER adelanta que la subida afectará, además de a los especiales, al IVA, un impuesto regresivo que incrementa las desigualdades sociales y grava el consumo –desincentivando este si se incrementa-. Si señor, totalmente coherente con un programa socialdemócrata.

Por otra parte, el presidente viaja hoy a Cerdeña para reunirse con Berlusconi para abordar la presidencia europea de España que dará comienzo en Enero. Es en Cerdeña donde Il Cavalieri se daba a la buena vida con las “velinas” que cobraban mil euros por pasar una noche con este sujeto. Hoy Berlusconi declara: “Yo no sabía que les pagaban”. Bravo; estaba claro que tu sex-appeal de setenta y tres años y botox hasta las orejas les hacía caer como moscas. Esperemos que a Rodríguez Zapatero no se le peguen las aficiones de su anfitrión.

Sin embargo que más da qué el ejecutivo anuncie la subida de impuestos, qué importa la visita a Italia, qué más nos da que hoy Obama haya comparecido ante el Congreso para dar un empujón a la necesaria reforma sanitaria en EEUU… Por eso, como todos estos temas son banales y carecen de sentido, El Periódico de Aragón abre en portada con el notición del siglo: Los siluros del Ebro se comen a las palomas. Toma bombazo.

Para terminar, ayer tuvo lugar en Castilla la Mancha el debate sobre el estado de la región. La cosa ya traía cola porque se celebraba en unas fechas en las que Cospedal no podía asistir al encontrarse de luna de miel. Pues bien, como consecuencia del reciente enlace de la jefa de los populares manchegos, los socialistas arremetieron criticando que el vino blanco servido durante el banquete que sucedió a la ceremonia era un Somonatano aragonés, lo cual chocaba frontalmente con la defensa que la novia venía haciendo del vino de su región. Los populares, ofendidos, respondieron que era cierto. El blanco era aragonés; pero el tinto era de Toledo. Que nivel de clase política.

Cuando sueltas las cosas las arcadas remiten. Ya puedo desayunar tranquilo.

lunes, 7 de septiembre de 2009

Si hoy es martes, esto es Bélgica.

Detesto al típico turista de viaje organizado que baja del autobús como un toro que sale desbocado del corral al albero, como un perro de presa en medio de unza cacería o –si lo caracterizamos de un modo más preciso- como un borrico al que le limitan parte de la visión con el único objetivo de que siga su camino sin preguntarse qué carajo sucede a su alrededor.

El concepto de viaje cultural, y por ende de cultura, se ha visto deformado con el sistema de viaje organizado ingeniado por distintas compañías. Viajes en los que tu vida queda programada sistemáticamente desde que te levantan a toque de corneta al punto de la mañana hasta que te desmayas en tu lecho bien entrada la noche.

Estos viajes cuentan a mi entender con dos problemas fundamentales. Por un lado, el determinismo que implican no deja posibilidad alguna a ese componente de improvisación, inseguridad y aventura en que todo viaje debe consistir. Por otro, la peligrosa y excluyente relación que se viene haciendo entre cultura y museo o edificio emblemático, impide un conocimiento mucho más amplio de la verdadera cultura del lugar visitado.

A mi entender, es imposible que un sujeto conozca un lugar,, una región o una ciudad por el mero y simple hecho de visitar atolondradamente los diez “lugares de interés turístico” que destaca el mapa al que se aferra, y que pasados los años –o los meses o incluso los días- olvidará la mitad de ellos y confundirá los cinco restantes.

Conocer una cultura no puede limitarse por tanto a piedras y lienzos. No tengo intención alguna con esta afirmación de desprestigiar ni el uno ni el otro, simplemente pretendo poner de manifiesto la importancia relativa de ambos, como consecuencia de los sobrevaloradas que se encuentran con respecto a los seres humanos, que son, si entendemos la cultura como algo dinámico, su piedra angular.

El verdadero conocimiento de la cultura de un lugar se alcanza de forma pausada. Es cierto que en ocasiones el actual ritmo de vida –en el que algo tan humano como el ocio se ha convertido en un privilegio al que pocos pueden acceder- impide realizar viajes prolongados en el tiempo que permitan integrarnos totalmente en el lugar visitado. Sin embargo, por pausado no debe ser entendido exclusivamente una estancia prolongada, sino que basta con saber disfrutar relajadamente cada instante que tenemos la posibilidad de integrarnos en un mundo que nos es ajeno.

Para entendernos; antes que meterse entre pecho y espalda en 12 horas extenuantes tres museos, once iglesias, cuatro monasterios y dieciocho edificios públicos, es preferible visitar tranquilamente un mercado, pasear por una abarrotada calle entremezclándote con la población y sentarse en una terraza a tomar una cerveza -café, batido o lo que deseen- disfrutando de ese rincón al máximo, recordándolo, observando a las personas que pasan por la calle e imaginando sus vidas así como lo diferentes –o parecidas- que serán a las nuestras.

La cultura es algo vivo y las personas juegan en ella un papel estelar. Que reflexionen en las agencias de viajes.

jueves, 3 de septiembre de 2009

Volver a empezar

Las mañanas son cada vez más frías, el viento sopla con mayor fuerza tirando y arremolinando las hojas de los árboles que se van secando, Ana Rosa vuelve a atormentarnos por las mañanas (a partir de ahora con la colaboración del polivalente Losantos) y Karlos Arguiñano abandonará en breves la playa de Zarautz. Ante estas premisas la conclusión es evidente: Adiós al verano.

El verano es la mejor época del año dado que la mayor parte de la población cesa de realizar la actividad que acostumbra durante el resto del tiempo y el mundo, de forma inexplicable, sigue girando. Por ello, su término es siempre gris; como la mañana de hoy. Tan gris y truculento como la actividad política que vuelve a coger ritmo estos días.

Es previsible que el inicio del curso político venga marcado por dos cuestiones: Por un lado el incremento del paro que con total seguridad tendrá lugar en los próximos meses. Por otro, la reforma fiscal que debe plantear el ejecutivo para hacer frente al déficit.

Con respecto al paro, podemos remitirnos al noviembre pasado cuando Zapatero anunció el Plan de Inversión Local; a través del cual se destinaban nada más y nada menos que ocho mil millones de euros para la realización de obras por parte de los ayuntamientos que permitieran crear empleo y, por tanto, reactivar el consumo.

Todos ayuntamientos tomaron gustosos el dinero ofrecido por el gobierno (a pesar de las reticencias que puso la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, al ser necesario que figurase junto a cada obra el eslogan del ejecutivo central).

Es cierto que el Plan ha cumplido su principal objetivo –poner fin a la sangría en la destrucción de empleo-, sin embargo debemos destacar algunas deficiencias.

Así, en primer lugar, la precariedad a la hora de asignar muchos proyectos a lo largo y ancho del territorio, ha dado lugar a que la mayoría de las obras no hayan sido lo suficientemente meditadas, siendo en ocasiones innecesarias, pues en algunos lugares se ha destinado a podar árboles en pleno mes de Julio. Por tanto, la primera consecuencia derivada de la precariedad en la toma de decisiones es la escasa productividad de los proyectos llevados a cabo.

A pesar de que en breves el ejecutivo pondrá un plan en marcha por el que se destinarán cinco mil millones de euros a actividades con una mayor productividad –educación, energías renovables etc- lo cierto es que el impacto de esta segunda ayuda podría haber sido muchísimo mayor si desde un principio se hubiera congelado la bola y se hubiera pensado dos veces la actividad a la que se destinaría el dinero público.

Otra consecuencia de la rapidez con la que los proyectos debían ser asignados es que el empleo generado es de una volatilidad extrema; y de ahí el previsible aumento del paro en los meses de otoño –incluso en Agosto las filas del INEM se han hecho más largas-

Sin embargo, el Gobierno trató de este modo frenar la progresiva pérdida de popularidad y confianza por parte de los ciudadanos a través de una drástica reducción del paro y que estaría en la línea de políticas pasadas tales como el cheque bebé o, más recientemente, la prolongación del subsidio de desempleo.

Medidas que, en mi modesta opinión, son desafortunadas; pues a pesar de que la situación mejore a corto plazo, no hacen sino endeudar las arcas del Estado de forma progresiva; siendo mucho más productivo destinar el gasto público –imprescindible en esta coyuntura económica a pesar del cerrojazo de la oposición en esta cuestión- a proyectos que generen empleo estable y por tanto contribuyan a recuperar la inversión realizada para su creación.

Y de aquí a la segunda cuestión que considerábamos clave en el inicio de este nuevo curso político: Como los empleos generados se han evaporado en poco más de tres meses es necesario incrementar la recaudación de cara al nuevo ejercicio –las gallinas que entran por las que salen, para que se entienda- y por tanto, es imprescindible aumentar la tasa impositiva.

En este momento el ejecutivo sufre un tremendo deja-vu. Recordemos que el objetivo del Fondo de Inversión Local era entre otras cosas, frenar la inevitable caída de popularidad debido a la nefasta situación económica del planeta –conviene en este punto recordar también que el ejecutivo de Zapatero poco tuvo que ver en la crisis “Ninja”, la especulación bursátil de Wall Street o en la burbuja inmobiliaria española promovida por quien todos sabemos-. Sin embargo, es comúnmente sabido que un incremento de los impuestos supone, de forma irremediable y paradójica, un descenso de la popularidad y la confianza en los que gobiernan.

Por ello el ejecutivo se andará con pies de plomo a la hora de tratar esta cuestión, para evitar que todo lo hasta aquí hecho caiga en saco roto. La situación que tiene ante si el Gobierno es más o menos la siguiente:

Para facilitar la recuperación económica es imprescindible la reactivación del consumo. Consecuencia: El ejecutivo no tocará el IRPF -ni siquiera el de las rentas altas pues en 2006 ya fue reducido del 45% al 43% y parece poco probable que el ejecutivo se desdiga en 3 años- ni el impuesto de sociedades, por lo menos en cuanto a PYMES se refiere – Tanto para PYMES como para grandes empresas el impuesto ha sido reducido recientemente al 25% y 30% respectivamente-

El IVA es –o debiera ser- intocable; dado que se trata de un impuesto regresivo cuyo incremento aumenta a la vez las desigualdades sociales; lo cual choca con la supuesta ideología progresista del gobierno.

Por tanto, desde mi perspectiva, toda reforma fiscal debería basarse en tres pilares: Impuestos especiales, impuestos de capital y dentro del impuesto de sociedades debe ser tratado de forma separada el peculiar caso de las SICAV.

Ya en Junio el ejecutivo incrementó la tasa impositiva de la gasolina y el tabaco –sin tocar el alcohol para, como hemos visto a lo largo de la entrada, evitar un batacazo mayor en popularidad-. Sin embargo, en mi opinión, los impuestos sobre el tabaco y el alcohol deben sufrir un nuevo incremento para desincentivar el consumo por un lado –reduciendo la partida del presupuesto destinada a sanidad- e incrementar por otro la recaudación.

Es inadmisible desde todo punto de vista que con el tratamiento de 6 de las 29 enfermedades relacionadas con el tabaquismo según la OMS, el Estado se pula más de la mitad de lo recaudado vía impuestos especiales.

En segundo lugar, los impuestos sobre el capital que gravan intereses, dividendos, etc… se encuentra día de hoy en el 18% siendo más que previsible su incremento. El punto clave de la cuestión es si el Gobierno se decantará por una subida generalizada de este impuesto a una base imponible mayor o, por el contrario, el incremento se producirá dependiendo del origen de las ganancias obtenidas.

En este sentido, dado que en economía la confianza es esencial, un incremento generalizado podría alarmar a la población reduciendo de forma indirecta el consumo y prolongando en mayor medida la crisis. Por ello sería conveniente diferenciar, por ejemplo, entre aquellas ganancias obtenidas por la venta de acciones en un breve periodo de tiempo con objetivo meramente especulativo y aquellos beneficios obtenidos por un ciudadano que se deshace de parte de su cartera de valores tras varios años de inversión.

De todos modos las grandes fortunas quedan lejos de este impuesto sobre el capital, dado que se gestionan como norma general a través de una SICAV. Como consecuencia del mayor desconocimiento que tenemos acerca de este modelo de sociedad hemos dejado la cuestión de su modo de tributación para el final.

Una SICAV es una Sociedad de Capital Variable a través de la cual se gestionan las grandes fortunas. Aparte de un capital mínimo para su constitución se requiere para su constitución 100 socios.

El mecanismo es sencillo y es el siguiente: 100 tipos entregan parte de su patrimonio a una sociedad que lo gestiona como cree conveniente pagando a Hacienda el 1% del beneficio obtenido en concepto del Impuesto de Sociedades.

Sin embargo, hecha la ley, hecha la trampa. ¿Qué sucede si de 100 socios, 99 lo son de forma ficticia? Pues que la gestión queda en manos de una sola persona o, como mucho, de un reducido grupo, dando lugar a unos suculentos beneficios.

Por ello toda reforma fiscal en este país debe pasar por un incremento de esta tasa impositiva –para evitar, entre otras cosas, que se nos sigan riendo en la cara a toda la ciudadanía-

En definitiva: A pesar de que el año pasado el Gobierno no tuvo demasiado éxito en algunas cuestiones en materia económica –inversiones sin planificar, ayudas que no crean empleo…-, este septiembre José Luis “vuelve a empezar” por delante de Mariano como alumno aventajado de la clase, pues a pesar de sus errores por lo menos es consciente de la importancia de los servicios sociales y la necesidad del gasto público para mantenerlos

Como no es previsible la llegada de un nuevo alumno, por lo menos en un breve periodo de tiempo, esperemos que el Gobierno subsane errores anteriores y acierte en las decisiones que tomará a lo largo de este curso que ya empieza; pues un retorno de los populares al poder sería devastador.